miércoles, 5 de mayo de 2010

Melodía

Vuelvo a sentir algo muy parecido a la felicidad. Estas melodías de Schuman me retrotraen a la época del conservatorio, al paso por sus aulas, al olor de la madera vieja,  la música excelsa e infinita que se gesta en las personas,  la sensibilidad de algunos profesores que nos transportan a otras esferas del pensamiento.
Hay un rumor detrás de la tristeza, como un atisbo de esperanza que me habla del paisaje. Y éste me cuenta de qué están hechos los instantes, y el tiempo escurridizo, fluído, como el agua y su espejo: el cielo.
En qué habrá pensado Schuman, cómo habrá sido el instante primero en que posó sus dedos sobre el marfil del piano. Cuánta gracia es necesaria para que la vasta mano recorra el teclado blanquinegro.
Esta melodía se repite en otro tiempo, en éste, en las cuerdas pulidas de una cantante que se desgarra pidiendo justicia por los muertos de la Amia.
Es la melodía del genial Shcuman que viene a este tiempo, para decirnos que detrás de la tristeza siempre hay un rumor, como un atisbo de esperanza...

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